¡Prendida fuego! Amalia Granata en El Trece

Qué bien eligieron los productores de Ideas del Sur cuando pensaron en ella. Amalia Granata se sumó al equipo de SxB2 y es noticia cada vez que sale a hablar. Sus comentarios ácidos y exageradamente sinceros provocan las risas y odios de diferentes personalidades de la tele.

Ayer, Amalia Granata explotó al máximo su perfil escandaloso.

La rubia empezó la tarde con un enfrentamiento contra Silvina Escudero en Este es el show. La trató de estúpida y hasta afirmó: “para mí está muerta”. Más tarde, en La Gala de Soñando por bailar, el intercambio con una de las coach subió de tono y culminó con un “¡hueca!”. Granata llegó al punto máximo de confrontación y mostró su costado más polémico.

Desde el principio, cuando se estrenó el reality, Granata fue la más criticada: ¿por qué una chica que no es profesional de la danza ocupa un lugar como jurado? Sus compañeros reprocharon que la rubia iba a completar las Galas con devoluciones subjetivas, señalizaciones sobre aspectos de la vida en la estancia y el fácil e intuitivo “me gustó/no me gustó”.

Sin embargo, la chica se aventura cada vez más. Trata de aprender a observar cada performance minuciosamente y suelta lo que se le ocurre cuando quiere. No se queda con la primera impronta feminista que trazó cuando se estrenó Soñando por bailar. Opina con total libertad y confronta con cualquiera que la acuse por falta de criterio. Si tiene que “disparar”, no le tiembla el pulso, apunta y aprieta el gatillo. Como Graciela Alfano en ShowMatch, pero con un estilo que poco a poco se va transformando para permanecer en televisión.

¿Cómo destruir su propio pasado? Amalia Granata llegó a la fama por haber pasado una noche con Robbie Williams. Después de esa velada, su vida pasó a la televisión y a los programas de chimentos. Los escándalos sobre su pareja (el Ogro Fabbiani) y sus comentarios destructivos hacia algunas mujeres del mundo del espectáculo la impulsaron a la fama.

Es cierto, la rubia no llegó a la tele por talento. Llegó por su estilo, por su habilidad para ser noticia, por su opinión sin tapujos. Amalia Granata supo venderse en pantalla, se ganó odios y amistades. No sólo por el “alto ruido” de sus comentarios, también por la tozudez de sus argumentos, la firmeza de su pensamiento y la confianza en sí misma.

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